martes, 9 de marzo de 2010

"LA COACCIÓN, LA IMPOSICIÓN Y LA MULTA NO SON VÁLIDAS EN UN SISTEMA DEMOCRÁTICO"

Gema Payá, estudiante de un Master de Reporterismo en Barcelona, entrevista a Pablo Yáñez, presidente de la Asociación Nacional por la Libertad Lingüística (ANLL)





¿Que opina sobre la propuesta de la Generalitat de que las películas dobladas o subtituladas en lengua catalana partan con igualdad de condiciones que las que se programan en castellano?


En mi opinión la igualdad de condiciones la establece el propio mercado, es decir, la oferta y la demanda. Decir que como la demanda no nos satisface, hay una desigualdad de condiciones es manipular la realidad. Por tanto, mi opinión es que la ley supone una imposición que no se corresponde a la demanda de cine en catalán. Y ante cualquier imposición, la ANLL, y yo personalmente, nos oponemos firmemente.


¿Cree que el objetivo de esta propuesta de ley es paliar el gran desequilibrio que hay entre el catalán y el castellano en la oferta de la cartelera cinematográfica?


Evidentemente no. La Ley responde a la inercia tomada por el tripartito en la que el objetivo es imponer el catalán como lengua única en todos los ámbitos de la vida. Primero fue la educación, la Admnistración, los comercios, y ahora la cultura.


El Govern ha hecho público el borrador antes de negociarlo con la industria, ¿lo considera oportuno? ¿Esta actuación puede repercutir negativamente contra los distribuidores y exhibidores?


El Govern lo ha hecho así porque sabe que en la industria no encontrará consenso si lo que pretede es imponer una cuota de catalán que no se corresponde con la demanda. Si a eso se le añaden medidas coercitivas, multas, sanciones… El resultado es la oposición y la huelga de un sector que ve como es la Administración Catalana su mayor enemigo en tiempos ya de por si complicados debido a la crisis.




Ante la imposibilidad de consenso con las gigantescas distribuidoras norteamericanas ¿Qué opina sobre la hipótesis de que Cataluña subvencione a las multinacionales de Hollywood?


Lo que no es coherente es imponer unas condiciones que el principal sustento de la industria no está en condiciones de aceptar, y luego utilizar el dinero de los contribuyentes para salvar el sector y solucionar el desaguisado mediante las subvenciones. Ahí se ve como son los ciudadanos de Cataluña quien en última instancia pagarán el antojo lingüístico del Sr. Montilla.


La pasada huelga realizada por los cines catalanes, ¿cuál es su postura ante las pintadas en algunos de los cines catalanes?


Ese día, con esas pintadas, hubo muchos que no pudimos evitar pensar en otros tiempos y en otros regímenes de tipo totalitarios, en los que también se daba eso de “marcar al enemigo”. Las pintadas eran una forma de tachar de anticatalanistas a esos cines, o de enemigos del catalán. Una demostración de que el catalán se está usando desde el poder como un elemento de confrontación, y no como una riqueza cultural, que lo es, de todos los catalanes, no sólo de los nacionalistas.


Las Majors se niegan a doblar y optan por subtitular las películas por tal de cumplir la ley. ¿Cree que esta actuación puede llegar a propiciar el cierre de las salas de cine ante una posible distribución de las mismas películas en Internet?


El problema es que estamos hablando de un sector que ya estaba duramente castigado, no sólo por la crisis, sino también por el fenómeno de la piratería. Y las imposiciones de la nueva ley vienen a dictar un certificación de defunción para los empresarios, en la medida en que son los grandes éxitos de taquilla los principales damnificados. Y eso los empresarios lo tienen claro (de ahí el gran apoyo de la huelga), pero no parece ser estorbo para llevar adelante el proyecto.


La oferta de cine en catalán no llega al 3%, ¿cree que con esta ley se puede alcanzar el equilibrio que ya se da en otros ámbitos de la cultura, como el teatro, la prensa escrita, la radio o la televisión? ¿o considera que existen otras vías?


Hay que recordar que en un mercado libre, o que por lo menos hasta ahora lo ha sido, la oferta va intimamente ligada a la demanda. Lo que no se puede hacer es legislar contra el 70% del sector, o contra las preferencias del 97% de los ciudadanos. Eso a la larga obliga a rendir cuentas democráticas. No hay que plantear el tema como cine en catalán si o cine en catalán no. El cine catalán se hará en la medida en que exista demanda para ello, y será un bien cultural, como el teatro, que habrá que proteger. Pero la coacción, la imposición y la multa no son caminos válidos en un sistema democrático y en una economía de mercado.


Para terminar, este proceso de reforzar el cine catalán gira más bien entorno a su vertiente cultural o prima más el aspecto económico?


Nuestra opinión, desde la ANLL, es que no responde a un interés cultural, ni a un interés económico. De hecho daña ambos aspectos en la medida en que distorsiona el primero y supone un lastre para el segundo. La Ley del Cine es un ejemplo más del “legislar para hacer país” que practican desde la Generalitat los nacionalistas. La catalana, es una sociedad moderna, bilingüe y plural. Adulta y libre en sus preferencias, y confío, en que antes o después, rechazará todo tipo de imposiciones y coacciones.

Imágenes: La Voz de Barcelona

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